¿Estudiar para el examen?

Para muchos resulta una pregunta que quisieran descartar del escenario educativo. ¿Será para tanto? ¿Por qué tendría sentido estudiar para un examen?

Aprovechando la semana de evaluaciones parciales, Emilio –nuestro Director de Preparatoria– compartió con sus profesores un artículo interesante sobre la forma de prepararnos para exámenes en estos tiempos de saturación y distracciones. Al margen de la posición que tengamos sobre el papel de los exámenes escritos en las escuelas, sabemos que siguen siendo –y por un buen rato seguirán siendo– una importante herramienta para valorar lo aprendido. Algunos estamos convencidos de que un examen bien diseñado y bien aplicado puede darnos mucha información como maestros pero, sobre todo, debería dar a los alumnos mucha información útil para ellos mismos.

Mientras leía el artículo, pensaba yo en lo que piensan los alumnos habitualmente de los exámenes. Y es que creo que por décadas nos hemos ido desviando del sentido y la razón de ser de estos instrumentos, que parecen más pensados para el uso del maestro o la escuela, que para beneficio del estudiante. Creo firmemente que el examen es para el alumno y por tanto estudiar o prepararse para ello debería ser una aspiración o tendencia casi natural. Si esto no es así en buena medida se debe a las escuelas: una de nuestras tareas debería ser resignificar el papel del examen, favorecer que nuestros alumnos estén motivados para ser evaluados y saber qué tanto han aprendido, qué tanto han logrado.

¿Suena ingenuo? No lo creo. El asunto es, ¿qué cree cada uno de ustedes como docente? ¿Podemos cambiar esto?

Ernesto

Artículo de referencia: Siete técnicas de estudio que te ayudarán a aprobar los exámenes.

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