Las características de los docentes favoritos de los alumnos

Una tentación frecuente para un maestro es buscar la aprobación o el reconocimiento público de sus alumnos, los padres o de la sociedad en general. Sin duda el reconocimiento es positivo y además es agradable, pero es peligroso cuando se convierte en nuestro objetivo o nuestra meta. Querer ser recordados o ganar el cariño y aprecio de los alumnos como alimento al ego es delicado y puede tener consecuencias negativas.

El asunto es que, aunque eso no debe ser nuestro impulso, sabemos que para lograr que los chicos estén en disposición de aprender, sí se requiere una buena relación con ellos: necesitamos que ellos confíen en nosotros y se sientan seguros, con voluntad para aceptar nuestros retos y recibir nuestra retroalimentación.

Lograr esto remite a factores más relacionados con nuestra actitud y personalidad que con nuestra formación académica o nuestro nivel de especialidad en contenidos de las asignaturas. Planteo todo esto porque me llamó la atención el título de un artículo breve que habla de las características de los docentes que consideran sus "favoritos".

Eso de ser el favorito es siempre un arma de dos filos, pues algunos maestros pueden ganar el aprecio o la predilección de sus niños sin ser necesariamente buenos docentes o sin estar ayudando a sus alumnos a lograr auténticos aprendizajes. El reto entonces es combinar nuestro rigor como maestros, con las actitudes y habilidades necesarias para conseguir conectar con los estudiantes y ayudar a que desarrollen los aprendizajes que deseamos y que incluso los superen.

Les dejo aquí este artículo que plantea 4 características que los alumnos esperan de sus maestros.

¿Están de acuerdo con estas características? ¿Creen que estos aspectos realmente son importantes para los niños? ¿Agregarían o quitarían algunas?

Ernesto

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